Relativo es el Tiempo, muy Relativo


Relativo es el Tiempo, muy Relativo





Relatividad de mi tiempo

El siguiente tema que voy a tratar ahora es, el paso inexorable de las horas que pasan y conforman todo nuestro tiempo de vida. ¿Cómo aprovechar toda su riqueza y lo que podemos hacer con él? A este problema del tiempo que se nos escapa, me ha preocupado siempre. Desde mi infancia he visto pasar los días tan rápidos y tan fugaces, imparables e inexorablemente ajenos a mi voluntad, que bien podría poner este rótulo en grandes letras para comenzar: 

"TEMPUS  FUGIT".

Comienzo primero con la palabra "tiempo", como en un espacio lineal y en donde el tic tac de los segundos pasan y se suceden hasta completar las horas, los días, las semanas, los meses y los años.
De este modo, el tiempo se nos va como alejando desde este presente, hasta un infinito y lejano futuro, casi sin darnos cuenta, pues sólo percibimos el momento presente y olvidando en gran parte el pasado, aunque en realidad no es exactamente así, pues más bien es que quedamos como suspendido en lo que ha pasado casi siempre. Sería mejor aprovechado el tiempo siempre que podamos hacerlo presente y consciente. Nos iría mejor en todo. Lo normal es que la mayor parte de nuestro tiempo, se nos pasa de manera inconsciente.

Para mí propia percepción de ello, es que en un minuto tan solo, es lo que me cuesta nada más y nada menos para olvidarme de “algo importante”, bien sea por alguna distracción o llamada que  proceda de mi alrededor, como por ejemplo, el vuelo de una mosca, que en ese momento me incomoda, o bien al oír la bocina de un vehículo que pasa por la carretera cercana, por nombrar algún ejemplo cotidiano. En ese mismo instante o tiempo es como si dejara de importarme el paso del tiempo y atiendo a los sentidos más que a la conciencia. También  dejo de prestar atención, porque dentro de ese mismo minuto acude a mi mente algún pensamiento que me distrae ese minuto y acabo hilando otros de manera automática que me aleja de ese tiempo.

En un minuto, que como sabemos, son sesenta segundos, nos sucede  o puede acontecernos  de todo, sea o  no perceptible por nuestra atención y a nuestro tiempo. Me acuerdo ahora que algunas veces he perdido el autobús por tan solo “un minuto”, o que no pude coger una determinada marca de galletas de la tienda, porque un minuto antes se me adelantó alguien y se llevó la última caja que había.  Estos dos ejemplos últimos son bien concretos y posibles.

Entonces, si en minuto nos puede cambiar la  vida, tal como a veces decimos,  si en un minuto  erramos o acertamos en una decisión  que puede ser, para un bien o para un mal y que este minuto, puede llegar a  determinar todos los demás minutos siguientes de todo el resto de nuestra vida ¿no es verdad  que, siendo esto así, al comprobar que, el tiempo es muy valioso y precioso en sí mismo, lo deberíamos  cuidar mejor ?¿Cuántas veces se nos ha dicho que no perdamos el tiempo y que lo aprovechemos lo mejor posible?. Al menos esto es lo que  me han dicho, los mayores, que el tiempo que tenemos es para aprovecharlo y para disfrutarlo.

Siempre tengo como referencia lo que observo  a mí alrededor y veo que todo el mundo anda muy aprisa. Supongo que esto obedece a la “máxima de los mayores”  que dice: "joven aprovecha el tiempo".
Como si esto  de sujetarlo fuera tan fácil y posible. Sujetar el tiempo que pasa, es imposible porque constato y veo que el tiempo se nos  escapa y como en su huida,  - siempre hacia adelante - nos adelanta y nos precede, dando la impresión, de no pertenecer a nuestra manera de vida ni a nuestro mundo. El tiempo con sus horas, va a su ritmo y efectivamente,  no espera a nadie. 
Es evidente que el tiempo tiene unos valores diferentes a nuestras propias circunstancias y que no tiene en cuenta, todos nuestros proyectos, planes o nuestras necesidades diarias.
No lo podemos  controlar jamás, sólo nos deja acompañarlo mientras pasa. Si nos quedamos por un momento, totalmente quietos, veremos que el tiempo sigue su camino, afirmando nuestra máxima del principio, que en verdad, el tiempo huye.

Volviendo al título que encabeza este escrito al  que he titulado “relatividad de mi tiempo”, hago ahora un par de diferencias para el concepto que tengo del mismo. Como  veo diferencias cuando se relacionan los diferentes momentos, se me aparece aquí como diferentes modos, a manera de dos escalas o valores diferentes.
A esto le he llamado: escalas de valores.

Como “escala de valor” el tiempo es Infinito, pero al mismo tiempo como “valor en la misma escala” el mismo tiempo es relativo.

Trataré de explicarme.
Esta es la cuestión, a la que voy a tratar de explicar en adelante.
Como “escala de valor" y aquí comienza el verdadero lugar del tiempo y es, cuando algo que vemos que nos reclama nuestra  atención, cuando sentimos que lo que hacemos nos gusta, nos anima, nos alegra y lo realizamos con alegría, ¿no es verdad que  este tiempo presente, se nos  pasa muy contentos, pero que al mismo tiempo, como muy rápido ? ¿no es cierto?. Y es que este mientras disfrutamos y participamos con el, es cuando realmente vuela ¿verdad?

Verdad es que, por ejemplo, cuando volvemos al trabajo después de unas “largas vacaciones”, bien aprovechadas y nos preguntasen ¿qué tal las vacaciones? ¿No contestamos enseguida, como que han sido como que “muy cortas?
¿No es verdad que siempre que hemos estado junto a alguien a quien queremos  mucho y que cuando se nos va de nuestro lado, no nos queda la “sensación vacía” que nos ha sido muy corta su presencia, y que la echaremos de  menos,  durante bastante tiempo.


El tiempo es muy real, porque pasa de tal manera  como si pasase a nuestro margen. Y  al mismo tiempo, yo diría que es muy relativo y fugaz.

A veces sin embargo se nos aparece como  “muy absoluto”, sobre todo ante el dolor y el sufrimiento. Y aquí se nos aparece entonces como un  “valor en la misma escala” porque bien es cierto que todos sufrimos. Pero este mismo sufrimiento es un valor relativo porque, no todos sufrimos por igual y a un mismo tiempo, ni en la misma medida.

Es muy relativo porque para muchos de nosotros, un simple dolor de muelas nos puede estropear una bella puesta de sol, en la visión hermosa de un tranquilo atardecer, ante una limpia laguna u orilla del mar, junto al amado o la amada ¿puede suceder? Si puede suceder que ante un momento bello, esté acompañado por otro menos bello, como puede ser un dolor, el cansancio, una pena o una ausencia o la tristeza. Por eso mismo como algo de dolor es compartido por algo bello y alegre, esa tristeza no es absoluta.

De este modo depende que el minuto, la hora, los días y toda la vida nuestra sea una mezcla muy relativa, de cosas y experiencias mezcladas de tristezas y alegrías, de gozos y sombras, de aciertos y errores, de batallas perdidas y ganadas, de momentos buenos y menos buenos, de pobreza y en ocasiones de riquezas, de salud y de falta de esta misma, causada en ocasiones, por alguna enfermedad.
Y por todo lo que queramos añadir a  las “suertes de la vida” o a cada día  en “este lote hermoso” en lo bueno y su complementario, que nos ha tocado vivir a cada uno de nosotros en nuestro mundo.

El tiempo es relativo porque no hay dolor que dure siempre, ni alegría que permanezca para siempre, en cuanto que a nuestro alrededor nuestro, alguien esté sufriendo o esté pasando alguna necesidad. ¡Esto es muy triste! Si es muy triste.

Pero también la tristeza es relativa.
Porque tampoco dura siempre, ya que  el mismo dolor lleva en sí mismo el paso del tiempo  y es relativo también y por eso pasa, menos mal ¿verdad? porque a nadie le gusta sufrir.
Por otro lado, la salud y la alegría son dones  muy preciados por todos pero que, no nos engañemos, también son muy relativos.
Pero creo y es mi parecer, que hay un “algo de Absoluto” en la misma alegría que nos concede  la salud o la misma vida, aunque llena de dolores, se nos regala y se llega a  comprender que a pesar de todo, vale la pena vivir.
Vale la pena tratar de estar alegres, vale la pena vivir, de repartir la alegría por todas partes.

Allí donde haya tristeza ponga yo alegría”, dice San Francisco de Asís.

Los dones o gracias que todos podemos llegar a aspirar son los que superan el tiempo y el lugar y por eso pueden llegar a convertir un minuto de nuestra pequeña vida, en algo más duradero y en un don precioso, yo diría absoluto, que es la Alegría de aceptar la relatividad del tiempo y sus aconteceres buenos y menos buenos.

Lo dulce y lo amargo de nuestra vida toman un carácter nuevo y casi absoluto, muy superior a lo relativo del tiempo y por esto mismo, nos hacemos dueños del mismo tiempo y ya seamos  jóvenes o ancianos damos gracias al Señor por ello. Gracias Señor por Todo.

Para terminar diré a quien me lea, que si bien el Tiempo es relativo en cuanto a su paso por este mundo, para quien tenga en cuenta que estamos de paso con el mismo Tiempo, marchemos alegres hacia el Fin de los Tiempos donde nos espera la Verdadera Vida.

Dicen que si sabemos vivir bien moriremos bien, dicen que si vivimos mal ya estamos como  muertos, porque en primer lugar la vida que tenemos es un regalo, que en su mayor medida no nos pertenece y que en la medida que crezcamos así florecemos.

El Jardinero que nos creó lo hizo, porque estaba bien hecho, y por ese mismo motivo porque estaba bien hecho y porque la Tierra y todo lo que hay en ella y los cielos, es obra de Sus Amorosas Manos, nos cuida y nos alienta para llegar a la verdadera Vida, que no es  otra que hacer Su Voluntad
Ante el paso del tiempo y con este mismo tiempo, en las penas y las alegrías, en lo bueno y en lo menos bueno, en los trabajos y los descansos, en todos los momentos que acontecen, querido lector que tengas un Feliz  y Próspero Año Nuevo.

jesuseguraveraz


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