Relativo es el Tiempo, muy Relativo


Relativo es el Tiempo, muy Relativo



Relatividad de mi tiempo

El siguiente tema que voy a tratar ahora es, el paso inexorable de las horas que pasan y van conformando todo nuestro tiempo de vida. ¿Cómo aprovechar toda su riqueza y lo que podemos hacer con nuestro tiempo? A este problema del tiempo que se nos escapa, me he propuesto hoy escribir algo sobre el. Desde mi infancia he visto pasar los días tan rápidos y tan fugaces, imparables e inexorablemente ajenos a mi voluntad, que bien podría poner este rótulo en grandes letras para comenzar este tema: "TEMPUS  FUGIT".

Comienzo primero con la palabra "tiempo", dentro de un espacio lineal y en donde el tic tac de los segundos que pasan y se suceden hasta completar las horas, los días, las semanas, los meses y los años. O sea, con un tiempo de reloj y medible.
De este modo, el tiempo se nos va como alejando desde este presente, hasta un infinito y lejano futuro, y esto casi sin darnos cuenta, pues sólo percibimos el momento presente y olvidamos en gran parte el pasado. Aunque en realidad no es exactamente así, pues más bien es que quedamos como suspendido en lo que nos está pasando ahora, casi siempre, pero sólo queda como un recuerdo, pues este presente actual, no es nada más que la suma de varios momentos pasados. 
Por ejemplo, acabo de pasar por una heladería y de pronto me he acordado del último helado que probé hace ya algunos dias. Esto lo constato mientras he seguido caminando algunos minutos más adelante. Quizás este pensamiento del helado me ha impedido contemplar las flores expuestas en la puerta de la floristeria al lado contiguo de la heladería. De este modo el recuerdo del helado ha ocupado el tiempo de ver las flores. Sería mejor aprovechado el tiempo siempre que podamos hacerlo presente y consciente. Nos iría mejor en todo. Lo normal es que la mayor parte de nuestro tiempo, se nos pasa de manera inconsciente.

Para mí propia percepción de ello, es que en un minuto tan solo, es lo que me cuesta nada más y nada menos para olvidarme de “algo importante”, bien sea por alguna distracción o una llamada que  proceda de mi alrededor, como por ejemplo, el recuerdo  del helado, el vuelo de una mosca, que en este momento me incomoda, o bien al oír la bocina de un vehículo que pasa por la carretera cercana, por nombrar algunos ejemplos cotidianos. Parece ser que en ese mismo instante , el tiempo es como si dejara de importarme y atiendo a los sentidos más que a la conciencia de tiempo. 
O sea, parece ser que el tiempo es tambien "conciencial" ya que dejo de prestar atención, porque dentro de ese mismo minuto acude a mi mente algún  otro pensamiento relacionado con lo que observo. Y ese "nuevo pensamiento" que me distrae  y llena ese minuto,  acabo hilandolo con otros de manera automática, que me aleja más de ese tiempo presente. En una palabra, todo es pasado mientras no sepamos parar el mismo tiempo.

En un minuto, que como sabemos, son sesenta segundos, nos sucede  o puede acontecernos  de todo, sea o  no perceptible por nuestra atención.  Me acuerdo ahora que algunas veces he perdido el autobús por tan solo “un minuto”, o que no pude coger una determinada marca de galletas de la tienda, porque un minuto antes se me adelantó alguien y se llevó la última caja que había en el estante.  Estos dos ejemplos últimos son bien concretos y muy posibles que nos suceda fácilmente.

Entonces, si en minuto nos puede cambiar la  vida, - tal como a veces decimos- ,  si en un minuto  erramos o acertamos en una decisión  que puede llegar a ser, para un bien o para un mal. O bien, que este minuto, puede llevar a determinar todos los demás minutos  siguientes de todo el resto de nuestra vida ¿no es verdad  que, siendo esto así, al comprobar que, - el tiempo es muy valioso y precioso en sí mismo, lo deberíamos  cuidar mejor?
¿Cuántas veces se nos ha dicho que no perdamos el tiempo y que lo aprovechemos lo mejor posible?. Al menos esto es lo que  me han dicho, los mayores, que el tiempo que tenemos es para aprovecharlo y para disfrutarlo.

Siempre tengo como referencia , el pasar del tiempo, cuando observo  a mí alrededor y veo que todo el mundo anda muy aprisa. Supongo que esto obedece a la “máxima de los mayores”  que dice: "joven aprovecha el tiempo".
Como si esto  de sujetarlo fuera tan fácil y posible. Sujetar el tiempo que pasa, es imposible, por lo menos, para mí.

Constato y veo que el tiempo se nos  escapa y como en su huida, - siempre hacia adelante - nos adelanta y precede, dando la impresión, de no pertenecer a nuestra manera de vida ni a nuestro mundo. El tiempo con sus horas, va a su ritmo y efectivamente,  no espera a nadie y va a su ritmo constante.
Es evidente que el tiempo tiene unos valores diferentes a nuestras propias circunstancias y que no tiene en cuenta, todos nuestros proyectos, planes o nuestras necesidades diarias. 
No lo podemos  controlar jamás, y sólo nos deja acompañarlo mientras pasa. Si nos quedamos por un momento, totalmente quietos, veremos que el tiempo sigue su camino, afirmando nuestra máxima del principio, que en verdad, el tiempo huye.

Volviendo al título que encabeza este escrito, al  que he titulado “relatividad de mi tiempo”, hago ahora un par de diferencias para el concepto que tengo del mismo. Como  veo diferencias cuando se relacionan los diferentes momentos, se me aparece aquí como diferentes modos, a manera de dos escalas o valores diferentes.
A esto le he llamado: escalas de valores.

Como “escala de valor” el tiempo es Infinito, pero al mismo tiempo como “valor en la misma escala” el mismo tiempo es relativo.

Trataré de explicarme.
Esta es la cuestión, a la que voy a tratar de explicar en adelante.
Como “escala de valor" y aquí comienza el verdadero lugar del tiempo y es, cuando algo que vemos que nos reclama nuestra atención, cuando sentimos que lo que hacemos nos gusta, nos anima, nos alegra y lo realizamos con cierta alegría, ¿no es verdad que  este tiempo presente, se nos  pasa como que muy rápidos.
 ¿no nos acordamos que cuando niños jugabamos dichosos en la calle y nos llamaban nuestros padres, por lo menos mas de tres veces y deciamos ¡ya voy mamá!. Y luego en casa, la regañina, ¿no me habias oido? ¡Te he llamado tres veces!. ¿Tantas? contestabamos, pero si parecia una vez, ¿no es cierto?. Y es que, mientras disfrutábamos y participamos con el tiempo , es cuando realmente vuela ¿verdad?

Verdad es que, por ejemplo, cuando volvemos al trabajo después de unas “largas vacaciones”, bien aprovechadas y nos preguntasen ¿qué tal las vacaciones? ¿No contestamos enseguida, como que han sido como que “muy cortas?
¿No es verdad que siempre que hemos estado junto a alguien a quien queremos  mucho y que cuando se nos va de nuestro lado, no nos queda la “sensación vacía” que nos ha sido muy corta su presencia, y que la echaremos de  menos, durante bastante tiempo. Nos ha faltado tiempo para con él.


El tiempo es muy real, porque pasa de tal manera  como si pasase a nuestro margen. Y  al mismo tiempo, yo diría que es muy relativo y fugaz.

A veces sin embargo se nos aparece como  “muy absoluto”, sobre todo ante el dolor y el sufrimiento. 
Y aquí se nos aparece entonces como un “valor en la misma escala” porque bien es cierto que todos sufrimos, pero este mismo sufrimiento es un valor relativo porque, no todos sufrimos por igual y a un mismo tiempo, ni en la misma medida.

Es muy relativo porque para muchos de nosotros, un simple dolor de muelas nos puede estropear una bella puesta de sol en la visión hermosa de un tranquilo atardecer, ante una limpia laguna u orilla del mar, junto al amado o la amada ¿puede sucedernos? 
Si puede suceder que ante un momento bello, esté acompañado por otro menos bello, como puede ser un dolor, el cansancio, una pena o una ausencia o la tristeza. Por eso mismo, cuando algo de dolor es compartido con algo bello y alegre, esa tristeza no es  yá absoluta.

De este modo depende que el minuto, la hora, los días y toda la vida nuestra sea una mezcla muy relativa, de cosas y experiencias mezcladas, de tristezas y alegrías, de gozos y sombras, de aciertos y errores, de batallas perdidas y ganadas, de momentos buenos y menos buenos, de pobreza y en ocasiones de riquezas, de salud y de falta de esta misma, causada en ocasiones, por alguna enfermedad.
Y por todo lo que queramos añadir a  las “suertes de la vida” o a cada día  en “este lote hermoso” en lo bueno y su complementario, que nos ha tocado vivir a cada uno de nosotros en nuestro mundo.

El tiempo es relativo, porque no hay dolor que dure siempre, ni alegría que permanezca para siempre, porque aunque estemos bien, en cuanto que a nuestro alrededor nuestro, alguien esté sufriendo o esté pasando alguna necesidad. ¡Esto es muy triste! Si es muy triste y de alguna manera, participamos de su dolor, aunque a nosotros no nos duela nada en ese momento.
Pero también la tristeza es relativa, porque tampoco dura siempre, porque el mismo dolor lleva en sí mismo el paso del tiempo  y es relativo también y por eso pasa, menos mal ¿verdad? porque a nadie le gusta sufrir eternamente.
Por otro lado, la salud y la alegría son dones  muy preciados y queridos por todos, pero no nos engañemos, también son muy relativos.
Pero creo y es mi parecer, que hay un “algo de Absoluto” en la misma alegría que nos concede tener la salud. La misma vida, aunque llena de dolores, se nos regala y se llega a  comprender que a pesar de todo dolor, vale la pena vivir.
Vale la pena tratar de estar alegres, vale la pena vivir, de repartir la alegría por todas partes.

Allí donde haya tristeza ponga yo alegría”, dice San Francisco de Asís. De alguna manera la alegría es un dón precioso.

Los dones o gracias que todos podemos llegar a aspirar son los que superan el tiempo y el lugar y por eso mismo, pueden llegar a convertir un minuto de nuestra pequeña vida, en algo más duradero y en un don precioso, yo diría que absoluto y es la Alegría de aceptar la relatividad del tiempo y sus aconteceres buenos y menos buenos.

Lo dulce y lo amargo de nuestra vida tomarian un carácter nuevo y casi absoluto, muy superior a lo relativo del tiempo y por esto mismo, nos hacemos dueños del mismo tiempo y ya seamos  jóvenes o ancianos, damos gracias al Señor por todo ello. Gracias Señor por Todo.

Para terminar diré a quien me lea, que si bien el Tiempo es relativo,  en cuanto a su paso por este mundo, para quien tenga en cuenta que estamos de paso con el mismo Tiempo, lo mejor es que marchemos alegres hacia el Fin de los Tiempos donde nos espera la Verdadera Vida.

Dicen que si sabemos vivir bien moriremos bien, dicen que si vivimos mal ya estamos como  muertos, porque en primer lugar la vida que tenemos es un regalo, que en su mayor medida no nos pertenece y que en la medida que crezcamos así florecemos.

El Jardinero que nos creó lo hizo, porque estaba bien hecho, y por ese mismo motivo porque estaba bien hecho y porque la Tierra y todo lo que hay en ella y los cielos, es obra de Sus Amorosas Manos, nos cuida y nos alienta para llegar a la verdadera Vida, que no es  otra que hacer Su Voluntad. 
Y termino.
Ante el paso del tiempo y con este mismo tiempo, en las penas y las alegrías, en lo bueno y en lo menos bueno, en los trabajos y los descansos, en todos los momentos que acontecen, querido lector que tengas un Feliz  y Próspero Presente.

jesuseguraveraz


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Teoría del alma prisionera

El dulce sueño

¿ Pueblo elegido ?