Orad sin
cesar. Permaneced despiertos en la fe.
Ante la pregunta de que es la
“atención” y como obtenerla, apunto lo siguiente.
Del
Libro de los Santos Padres del Desierto “Filocalia”
De
Nicéforo el Solitario:
La atención
es la purificación de los pensamientos, el templo del recuerdo de Dios, el
tesoro que permite superar las pruebas.La atención es la auxiliar de
la fe, la esperanza y la caridad.
Sin la fe, no se soportaran las pruebas que
vienen de afuera; aquel que no soporta las pruebas con alegría no puede decir
al Señor: “Tú eres mi refugio y mi asilo” (Sal 3, 4). Y si no coloca su refugio
en el muy Alto, no poseerá el amor en el fondo de su corazón.
Aconseja que busquemos a un
maestro en la oración como guía espiritual único requisito para alcanzar la
meta. Y añade, si no lo encuentras, invoca a Dios con contrición de espíritu y
con lágrimas y suplícale en la renunciación; haz lo que te digo.Pero, en primer lugar, que tu
vida sea apacible, limpia de toda preocupación y en paz con todos. Entonces
entra en tu cámara, enciérrate y, estando sentado en un rincón, haz lo
siguiente.Llega hasta la cámara del corazón con el espíritu y bendice al Señor.
Hasta aquí solo llegan unos
pocos ¿Por qué cómo es posible llegar hasta el templo del espíritu y no quedar
confundidos por el engaño de nosotros mismos. Para los que no podemos llegar
hasta el “soplo del espíritu “sin la ayuda de un maestro espiritual o confesor,
Nicéforo sale a nuestro encuentro y nos dice:
Pero si, hermano mío, a pesar
de todos tus esfuerzos, no llegas a penetrar en las partes del corazón a la que
pocos han llegado, haz como te digo y, con la ayuda de Dios, alcanzaras tu
objetivo.Sabes que la razón del hombre
tiene su asiento en el pecho. En efecto, es en nuestro pecho donde hablamos,
decidimos, componemos nuestros salmos y
nuestras oraciones mientras nuestros labios permanecen mudos. Después de haber
arrojado de esta razón todo pensamiento (tú puedes hacerlo, solo necesitas
desearlo), entrégale el “Señor Jesucristo, tened piedad de mi” y
dedícate a gritar interiormente, con exclusión de cualquier otro pensamiento,
esas palabras. Cuando con el tiempo hayas dominado esa práctica, ella te abrirá
la entrada del corazón tal como te lo he dicho y sin ninguna duda. Yo lo he
experimentado en mí mismo.Con la alegría y toda la
deseable atención tú verás venir a ti todo el coro de las virtudes, el amor, la
alegría, la paz y todo lo demás. Gracias a ellas, todas tus demandas serán
acogidas en nuestro Señor Jesucristo….
Escuchad, y... asombraos. Dios está en el corazón del hombre... yo lo sé. Pero mirad, Dios vive en el corazón del hombre, cuando este corazón vive desprendido de todo lo que no es El. Cuando este corazón se da cuenta de que Dios llama a sus puertas, y barriendo y limpiando todos sus aposentos, se dispone a recibir al Único que llena de veras.
ResponderEliminarDiario del Hermano Rafael
Monje Cisterciense